Actualización sobre condiciones en prisiones (mayo de 2024)
La crítica situación sanitaria, falta de medicamentos y pésima atención médica continúan siendo de las principales vulneraciones de derechos a los reclusos cubanos, incumpliendo con lo establecido en la sección Servicios médicos de las Reglas Mandela de las Naciones Unidas.
De los 114 eventos compilados este mes por el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas, 99 incluyen alguna forma de hostigamiento, 50 son denuncias sobre situaciones de salud y 18 se refieren a graves problemas con la alimentación, lo cual también repercute en la salud de los reclusos1.
Preocupan los reportes sobre enfermedades que afectan simultáneamente a segmentos considerables de la población penal. Durante el mes de mayo se recibieron denuncias de brotes tuberculosis en las prisiones 1580 (La Habana), Típico de Manzanillo (Granma), Boniato* (Santiago de Cuba) y Prisión Provincial de Guantánamo; gripe que pudiera estar asociada a una variante de coronavirus en la cárcel Kilo 7 (Camagüey); y enfermedades gastrointestinales debido a la mala alimentación en Kilo 8 (Camagüey) y Veguita 1 (Granma). Los casos particulares de reclusos con afectaciones pueden consultarse con más detalle en el informe mensual “Personas privadas de libertad con situaciones delicadas de salud”.
Los 114 eventos registrados proceden de 45 cárceles y centros de reclusión de 13 provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud. Las provincias con mayor cantidad de reportes fueron La Habana (24), Camagüey (21) y Villa Clara (15); y entre las prisiones, el Combinado del Este de La Habana (10) y Kilo 8 y la Prisión Provincial de Guantánamo (ambas con 9).
Se registraron violaciones contra 92 reclusos (5 mujeres y 87 hombres) y 19 denuncias hicieron referencia a incidentes que afectan al total de la población penal. Los presos políticos Pedro Albert Sánchez (Prisión 1580), Reinier Calderín Socarrás (Kilo 8), Daniel Álvarez González (Prisión Provincial de Guantánamo) y el prisionero Fausto René Ramos Ramírez (Kilo 8), estuvieron entre los que reportaron mayor cantidad de hechos violatorios en su contra.
Los presos políticos, los afrodescendientes, los opositores y los activistas de derechos humanos estuvieron entre las poblaciones vulnerables que con más frecuencia resultaron víctimas de represión2.
Las violaciones fueron cometidas fundamentalmente por autoridades penitenciarias, oficiales de la Seguridad del Estado que actúan en las prisiones, miembros del sistema judicial y presos comunes actuando bajo las órdenes de las autoridades. Se identificaron total o parcialmente 13 oficiales de prisiones y un recluso (todos hombres) que tomaron parte directamente en estas actividades represivas.
Se recibieron reportes sobre alimentación escasa, poco variada y mal elaborada, incluyendo comida descompuesta, desde 15 prisiones de nueve provincias del país. La palabra “hambre” se repite con frecuencia en las denuncias que llegan desde las cárceles. En la Prisión Provincial de Guantánamo, Prisión Provincial de Las Tunas, Veguita 1 y 1580 se reportó gran cantidad de reclusos en estado de desnutrición y bajos de peso. Una carta enviada por diez presos de este último penal expuso la disparidad que existe entre su estatura y el peso corporal que tienen.
Desde la Prisión Provincial de Guantánamo, el prisionero político Emeregildo Duvergel denunció que los reclusos Dionis Castañeda Cabrales y José Antonio Zulueta Montes de Oca murieron en el mes de mayo “por hambre”*. Una denuncia similar fue formulada desde la prisión Canaleta* (Matanzas) donde, según el prisionero Yosbel Sardiñas, los médicos ponen a los fallecidos “infarto” como causa de muerte, aunque en realidad fallecen debido a la mala alimentación.
Durante el mes también se conoció la muerte, por falta de atención médica, de Alexis Curbelo en el Combinado del Este y un recluso no identificado, paciente de VIH, en la prisión Cuba-Panamá (Mayabeque). En esta misma cárcel, Carlos Fernández Ventura ha expresado la intención de quitarse la vida si no lo sacan de la celda de castigo donde lo tienen recluido y Daiver Leyva Vélez* (Prisión Cerámica Roja, Camagüey) intentó suicidarse en dos ocasiones.
Al menos ocho prisioneros hicieron huelgas de hambre, dos de ellos: Oreste Varona Medina (La Empresita, Camagüey) y Fausto René Ramos Ramírez (Kilo 8) exigiendo mejoras en la alimentación; Islandy Torres Machado (Prisión Provincial de Cienfuegos) pidiendo asistencia médica; Eddy Daniel Rodríguez Milián (Prisión de Guamajal, Villa Clara), Carlos Michael Morales Rodríguez (Unidad de Delitos Contra la Seguridad del Estado de Villa Clara), Alexander Guillermo Martínez Amoroso (Combinado del Este) y Alfredo Torres Santiago* (Prisión Provincial de Guantánamo) por considerar injusta su reclusión; y Alejandro Camejo Paunier (Kilo 7) en protesta por el hostigamiento de reclusos comunes bajo las órdenes de las autoridades del penal.
Como represalia por las huelgas, Alberto Camejo y Oreste Varona fueron enviados a celdas de castigo, una práctica común en las cárceles cubanas. Varona fue sometido, además, a tortura, al dejarlo esposado en la reja del local. También continúan en celda de aislamiento José Daniel Ferrer García* (Prisión de Mar Verde, desde hace más de un año y medio); Pedro Albert Sánchez (1580, desde hace más de dos meses); Carlos Fernández Ventura (Prisión Cuba-Panamá), golpeado además por pedir atención médica; Iliván Fuentes Fonseca (Boniato, Santiago de Cuba), paciente de psiquiatría a quien también propinaron una golpiza esposado; y Jorge Luis Gamboa Román (Prisión Provincial de Las Tunas), recluido sin colchón, sábanas ni pertenencias y con acceso al agua de beber solo dos veces al día.
El acoso por presos comunes también fue denunciado por los prisioneros Fausto René Ramos Ramírez y Reinier Calderín Socarrás (Kilo 8), Yuri Almenares González (Combinado del Este), José Armando Torrente Muñoz* (Kilo 9, Camagüey), Maykel Castillo Pérez (Prisión Provincial de Pinar del Río) e Isaín López Luna* (Prisión Provincial de Guantánamo). En esta última cárcel, así como en Veguita 1 y la prisión de Guanajay* (Artemisa) esta forma de hostigamiento se denunció como una práctica extendida por parte de las autoridades penitenciarias que, a cambio de prebendas, utilizan a prisioneros con delitos violentos para reprimir a los demás.
Además de estas violaciones por parte de los carceleros, también se denunció el robo de comida y medicinas en la Prisión Provincial de Las Tunas y tráfico de drogas en la cárcel Cuba-Panamá.
Los traslados de centros penitenciarios siguen siendo empleados como otra forma de represión. Alexander Díaz Rodríguez fue movido al Campamento de trabajo forzado “El 25” (Pinar del Río), alejado de su zona de residencia, por negarse a desmentir una foto en la que se veía su pésimo estado de salud. Prisioneros políticos de Kilo 7 y Kilo 8 denunciaron que constantemente son cambiados de destacamento para dificultar sus relaciones con el resto de los reclusos.
Les fueron negadas visitas familiares de forma arbitraria a José Daniel Ferrer García* (Prisión Mar Verde), Walnier Luis Aguilera Rivera (Combinado del Este), Jorge Luis Gamboa Román (Prisión Provincial de Las Tunas) y Andrés Rodríguez López* (Prisión Provincial de Villa Clara) a quien desde hace seis meses no lo conducen a ver a su hijo Andrés Rodríguez Ramírez, recluido en la cárcel de Guamajal (Villa Clara).
También se emplearon como forma de represión la suspensión de llamadas telefónicas, las amenazas de creación de nuevas causas penales, la negación de asistencia religiosa y las torturas psicológicas.
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* Información obtenida por Centro de Documentación de Prisiones Cubanas.