Actualización sobre condiciones en prisiones (noviembre de 2024)
De entre todos los problemas, carencias y violaciones que existen en las cárceles cubanas, sigue siendo la muerte de reclusos el tema más urgente y preocupante. Durante el mes de noviembre, el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC) registró un total de siete fallecimientos, número que seguramente sea mayor de acuerdo con los reportes de muertes que hemos recibido, aún sin precisar, en las cárceles orientales de Cuba Sí (Holguín) y Boniato (Santiago de Cuba).
El líder opositor José Daniel Ferrer García contó que cuando estuvo en el hospital de este último penal, a finales de noviembre, los reclusos le hablaron de la muerte de 22 prisioneros allí, aunque no precisó en qué lapso temporal ocurrieron los decesos.
Dos de las siete muertes reportadas durante el mes, la del preso político Manuel de Jesús Guillén Esplugas (Combinado del Este, La Habana) y Raúl Clejer Steris (Bungo 11, Santiago de Cuba) estuvieron acompañadas de denuncias de violencia. Aunque a las familias las autoridades les dijeron que Guillén Esplugas se había suicidado y que Clejer falleció de un infarto, estos no creen las versiones oficiales debido a la presencia de marcas de golpes en sus cuerpos.
En el caso de Guillén Esplugas, cuarto manifestante de las protestas de julio de 2021 que fallece cumpliendo sentencia, había sido capturado, golpeado y recluido en celda de castigo el día anterior, por haberse fugado del penal.
Los otros cinco fallecidos: un recluso de nombre Maikel de la prisión Cuba Sí y cuatro prisioneros de la cárcel de Quivicán (Mayabeque) cuyas identidades se desconocen, murieron por una conjunción de deficiente atención médica, mala alimentación y pésimas condiciones de las prisiones.
En total, durante el mes de noviembre el CDPC monitoreó 116 eventos relacionados con personas privadas de libertad, de los cuales 95 tuvieron lugar en 35 prisiones y centros de detención de 13 provincias del país. Los otros 21 eventos ocurridos fuera de prisión están relacionados fundamentalmente con el desarrollo de procesos penales, liberaciones de reclusos (incluidos políticos), pases y pronunciamientos de organizaciones que exigen el respeto de los derechos.
De los 95 eventos ocurridos dentro de las prisiones, 86 implicaron violaciones a derechos de los reclusos. 55 de estos eventos incluyeron incidentes de hostigamiento o represión hacia los reclusos, negación o atención médica deficiente (24), malas condiciones de vida en prisión (22), problemas con la alimentación (15) y restricciones a la comunicación con el exterior (12)1.
Las provincias donde se registraron mayor cantidad de violaciones fueron La Habana (19), Mayabeque (12) y Camagüey (11), y entre las prisiones destacan el Combinado del Este, la prisión de Quivicán y la Prisión Provincial de Mujeres de Matanzas.
Se recibieron denuncias de violaciones contra al menos 51 reclusos (4 mujeres y 47 hombres), y 21 de las denuncias hicieron referencia a situaciones que afectaban al conjunto de la población penal de un establecimiento penitenciario determinado.
Las poblaciones vulnerables más reprimidas fueron los presos políticos, los opositores y los afrodescendientes2. Los reclusos con más hechos violatorios en su contra fueron los presos políticos José Daniel Ferrer García (Prisión Mar Verde, Santiago de Cuba), Saylí Navarro Álvarez (Prisión Provincial de Mujeres de Matanzas) y Yunaikys de la Caridad Linares Rodríguez (Prisión Mujeres de Occidente, La Habana).
Estos datos, conformados a partir de las denuncias que los reclusos y sus familiares logran sacar de las prisiones, burlando el estricto control estatal y ateniéndose a las represalias posteriores, son apenas una fracción de lo que ocurre a diario en los centenares de prisiones, campamentos de trabajo forzado y centros de detención que existen en Cuba.
Fueron identificados total o parcialmente 16 personas (2 mujeres y 14 hombres) que participaron directamente en la ejecución de las violaciones. 15 son funcionarios penitenciarios y 1 es un oficial de la Seguridad del Estado que opera en prisión.
Se recibieron denuncias sobre 21 prisioneros que presentan problemas de salud y no han recibido atención médica adecuada, las cuales se consignan en el informe “Personas privadas de libertad con situaciones delicadas de salud”. Entre los problemas sanitarios que afectan a poblaciones penitenciarias en general, destacan los brotes de tuberculosis reportados en las prisiones Combinado del Este, 1580 (La Habana) y Boniato. En este último penal también fue denunciado un brote extendido y agudo de escabiosis, complicado por las picaduras de chinches y la falta de medicamentos.
Con la llegada del invierno las enfermedades respiratorias tienden a aumentar y ya este mes se recibieron denuncias de que los reclusos están pasando frío y no se les ha repartido colchas ni enguatadas en la Prisión Provincial de Villa Clara, Quivicán, Kilo 7 (Camagüey), Kilo 9 (Camagüey) y el Campamento de trabajo forzado “Valle del Yabú” (Villa Clara). En estos dos últimos penales hay internos durmiendo en el suelo, por falta de colchones.
En el caso de las muertes ocurridas este mes en la prisión de Quivicán, las denuncias cursadas por los presos políticos Lidiel Ramón Hernández y Roberto Pérez Fonseca, hicieron énfasis en el tema de la mala alimentación. Según relató Pérez Fonseca a su madre, uno de los fallecidos se puso un papel en el pecho en el que escribió que moría por hambre. En una llamada telefónica, otro recluso refirió que más de 400 presos están desnutridos. En Boniato, José Daniel Ferrer refirió que los reclusos están comiendo ratones por el hambre que pasan.
También se recibieron denuncias sobre pésima alimentación en las prisiones de Agüica (Matanzas), Prisión Provincial de Villa Clara, Prisión Provincial de Holguín, Kilo 7, Combinado del Este, Cuba Sí, Prisión Provincial de Guantánamo, Prisión Provincial de Mujeres de Matanzas, Campamento de trabajo forzado anexo a la prisión de Quivicán y la 1580.
Los prisioneros políticos Saylí Navarro Álvarez y Sissi Abascal Zamora (Prisión Provincial de Mujeres de Matanzas), Juan Enrique Pérez Sánchez (Prisión Melena del Sur, Mayabeque), Jorge Martín Perdomo (Campamento de trabajo forzado “Ho Chi Minh, Mayabeque), Yasser Rivero Boni (Combinado del Este), Mario Alberto Hernández Leyva (Prisión 1580), Nelson Caballero Díaz (Prisión Cerámica Roja, Camagüey) reportaron violaciones a sus derecho a llamar por teléfono. En la prisión de Quivicán no permitieron a los reclusos las llamadas telefónicas durante dos semanas y en el campamento de trabajo forzado “El Anoncillo” (Camagüey) las reclusas tampoco pudieron comunicarse con sus familiares por estar rotos los equipos. A Félix Navarro Rodríguez (Prisión de Agüica) solo le permiten llamar con un guardia al lado, como represalia por las denuncias que realiza desde el penal.
Diez reclusos, la mayoría de ellos políticos, denunciaron irregularidades en el cumplimiento de su calendario de visitas. Cuatro de los afectados son padres e hijos que se encuentran recluidos en prisiones diferentes (Félix Navarro y Saylí Navarro; y Andrés Rodríguez López y Andrés Rodríguez Ramírez). Este mes, las autoridades de la Prisión Mujeres de Occidente impidieron nuevamente que María Cristina Garrido Rodríguez sea visitada por su yerno, por ser este activista; y a la madre de Yunaikys de la Caridad Linares Rodríguez le impidieron ver a su hija por un año, como represalia por sus denuncias públicas.
Entre las informaciones más preocupantes recibidas en el mes, están las relacionadas con golpizas y el uso de las celdas de castigo con condiciones que clasifican como tortura. Además de la golpiza con desenlace fatal a Manuel de Jesús Guillén, las autoridades propinaron palizas a José Daniel Ferrer García (Prisión Mar Verde), Noriel Rodríguez Estrada (Prisión Provincial y de Villa Clara) y Senén Salazar Cárdenas (Kilo 9), a quien golpearon con un garrote e hirieron en la cabeza, con abundante sangramiento.
Las prácticas abusivas y de intimidación también son ejecutadas por reclusos comunes al servicio de la Seguridad del Estado, como sucedió a los presos políticos Yunaikys de la Caridad Linares Rodríguez (Prisión Mujeres de Occidente), Jorge Alexis Agüero Gómez (Kilo 8, Camagüey), José Oscar Sánchez Madan (Combinado del Sur, Matanzas) y Loreto Hernández García (Prisión Guamajal, Villa Cara).
A Yasser Rivero Boni (Combinado del Este) desde hace más de un mes lo tienen recluido en una celda de castigo húmeda, sin luz, sin colchón, enfermo y sin asistencia médica, incomunicado y con muy mala alimentación. Su vida corre peligro, y en varias ocasiones un oficial le ha dicho que lo va a entregar muerto a su madre y que tiene autorización de la Seguridad del Estado. Misael Morales Patterson (Prisión Provincial de Guantánamo) ha pasado más de tres meses en aislamiento, tiempo superior al que permiten las Reglas Mandela y el propio Reglamento Penitenciario cubano. Yunaikys de la Caridad Linares Rodríguez (Prisión Mujeres de Occidente) también fue sometida a este castigo de forma arbitraria, provocando que se descompensara psicológicamente y se autolesionara.
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