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Personas privadas de libertad con situaciones delicadas de salud (enero de 2025)

Relación, por orden alfabético, de algunas personas reclusas con situaciones delicadas de salud reportadas durante el mes de enero de 2025. Estos casos son un subregistro del total de las víctimas del sistema penitenciario cubano a lo largo del mes.

Alexis Borges Wilson
(Combinado del Este, La Habana)

El día 7 de enero se tuvo actualización sobre su delicado estado de salud. Ha perdido más peso y continúa sin recibir atención médica. Alexis padece de gastritis. En junio de 2024 estaba perdiendo la visión y ya había bajado más de 30 kilos.

Andrés Lugo Pérez
(Prisión de Boniato, Santiago de Cuba)

El 29 de enero fue trasladado del hospital de la prisión al destacamento 16, pero seguía en condición crítica, con alucinaciones y depresión severa. Hasta entonces, ni él ni su familia habían recibido explicaciones sobre el traslado. Según Cubalex, Lugo sufre maltratos de los guardias, quienes lo acusan de fingir y le niegan atención médica. Su hermano, también preso, confirma que su deterioro es evidente y alarmante.

Dayron Martín Rodríguez
(Combinado del Este, La Habana)

Continúa mal por su gastritis y úlcera, pero no lo llevan al hospital para la endoscopía, aunque sí a otros prisioneros. A pesar de sus enfermedades, un tribunal determinó que es compatible con el régimen penitenciario y le negó la licencia extrapenal en diciembre de 2024.

Jorge Luis Rodríguez Valdés
(Prisión Provincial de Pinar del Río)

El 16 de enero se declaró en huelga de hambre como protesta por la falta de transparencia en el proceso de excarcelación anunciado por el régimen cubano. Tuvo que ser trasladado de emergencia a un hospital con deshidratación severa, presión arterial baja y un nivel crítico de glucosa en sangre.

José Manuel Ortueta Manso
(Prisión Guamajal, Villa Clara)

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos informó el 10 de enero que el cáncer de piel que padece hizo metástasis. Está muy delgado, apenas puede comer y caminar. Está drenando sangre con pus a través del tumor ubicado cerca de las fosas nasales y el mentón. Prácticamente no puede valerse por sí mismo.

Kevin Damián Frómeta Castro
(Prisión 1580, La Habana)

Tras dos semanas en huelga de hambre, el 7 de enero se supo, a través de un mensaje difundido por su madre, que perdió considerable masa muscular, lucía ojeroso y estaba muy débil.

Lázaro García Ríos
(Combinado del Este, La Habana)

El 21 de enero llevaba tiempo sin que lo remitieran al cardiólogo, a pesar de todas las gestiones que ha hecho su madre y los reclamos ante la Dirección de Establecimientos Penitenciarios. Lázaro no puede caminar, tiene las piernas y una mano inflamadas. De acuerdo con la denuncia de su madre, una angióloga que lo vio dijo que podía ser un trombo.

Leoncio Rodríguez Ponce
(Prisión Provincial de Holguín)

El 18 de enero se supo que estuvo días inconsciente por tensión arterial y glucosa extremadamente altas. En prisión no le controlaron la glucosa; supo la medición por otro recluso que tenía un glucómetro. Como consecuencia perdió la visión, el conocimiento y estuvo extremadamente débil. En la enfermería solo le administraron una inyección que no lo mejoró.

Loreto Hernández García
(Prisión Guamajal, Villa Clara)

Hacia finales del mes se conoció que estaba presentando dolor punzante en el pecho y falta de aire. No le habían dado los medicamentos indicados para mantener bajo control la cardiopatía que padece.

Maikel Armenteros Oramas
(Campamento de trabajo forzado “Valle del Yabú”, Villa Clara)

A inicios de mes sufrió un ataque de asma en la madrugada. Al ser llevado al puesto médico, la doctora Daymara se negó a inyectarlo, argumentando que tenían pocos fármacos y no podían gastarlos en contrarrevolucionarios, y le ordenó a los guardias que lo llevaran de regreso al campamento.

Roberto Pérez Fonseca
(Prisión de Quivicán, Mayabeque)

Padece dolores de columna que prácticamente le impiden caminar. El 27 de enero su madre entregó a los guardias los medicamentos que necesitaba, sin embargo, al cierre de este informe no se los habían suministrado.

Sissi Abascal Zamora
(Prisión La Bellotex, Matanzas)

A mediados de enero estaba aquejada de catarro y, a pesar del frío, tenía que bañarse con agua helada. En la prisión no había medicamentos para suministrarle.

Yanet Pérez Quevedo
(Prisión Provincial de Mujeres de Camagüey)

A mediados de enero, llevaba varios días con fiebre y no le habían brindaron atención médica.

Yunior García Vizcay 
(Combinado del Este, La Habana)

En enero se supo, a través de una denuncia de su madre, que se está quedando ciego y sufre de fuertes dolores de cabeza que no lo dejan dormir. Estos dolores comenzaron a raíz de la golpiza que le propinaron cuando fue detenido en julio de 2021. En la prisión no hay los medicamentos que le han recetado para tratarlo. Su familia vive en Santiago de Cuba, a más de 850 km de la prisión. En cuatro años, su madre solo ha podido verlo una vez.

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