Durante el mes, el CDPC documentó numerosos casos de personas privadas de libertad cuya salud física se encuentra en riesgo, tanto por enfermedades preexistentes como por condiciones propias del entorno carcelario. La negación de atención médica, la escasez de medicamentos, la mala alimentación y el uso de la salud como forma de castigo continúan siendo patrones sistemáticos. A continuación, se destacan algunos de los casos más graves:
Yosvany Rosell García Caso (Prisión Cuba Sí, Holguín): En abril de este año, se encontraba descompensado por hipertensión arterial sin recibir la medicación cardíaca que requería. En mayo, persistía sin atención estomatológica por un dolor de muelas que ya llevaba más de seis meses. Para junio, además de continuar sin atención dental, había contraído un virus con síntomas de fiebre, escalofríos y dolores articulares.
Adrián Curuneaux Stevens y Mario Alberto Hernández Leyva (Prisión 1580, La Habana) y Rolando Yusef Pérez Morera (Prisión de Quivicán, Mayabeque): Han bajado considerablemente de peso debido a la mala alimentación.
Carlos Alberto Macdonald Ennis (Prisión Provincial de Las Tunas): Su estado es crítico, al menos desde el pasado mes de abril, de acuerdo con los registros del CDPC. Padece diabetes descompensada, hipertensión severa, sangrado y secreciones nasales. De los siete medicamentos indicados, solo recibe enalapril, y no se le brinda atención médica adecuada.
Félix Navarro Rodríguez (Prisión de Agüica, Matanzas): Hacia mediados de mes, continuaba con fuertes dolores tras haber sido recluido injustificadamente en la enfermería junto a pacientes con tuberculosis, incidente que denunció en el mes de mayo. No se le había brindado diagnóstico ni tratamiento adecuado.
Frank Cuspinera Medina (Combinado del Este. La Habana): A mediados de mes se supo que su salud había empeorado, tras el inicio de una huelga de hambre el pasado 1 de junio.
Jorge Bello Domínguez (Prisión de Guanajay, Artemisa): A pesar de inyectarse insulina, sus niveles de azúcar permanecían elevados (entre 15 y 20) a finales de mes. El 30 de junio sufrió una caída por mareo mientras intentaba ir a la enfermería, donde no recibió atención inmediata. Ha sido maltratado verbalmente por el jefe de servicios médicos al reclamar sus medicamentos. En marzo de 2025, tras ser trasladado a la prisión de Guanajay el día 21, no había podido inyectarse insulina por falta de jeringuillas y no recibía la dieta especial requerida para su diabetes. Además, arrastraba un fuerte dolor de muela sin recibir atención odontológica.
José Daniel Ferrer García (Prisión Mar Verde, Santiago de Cuba): El 11 de junio, presentaba un cuadro grave: diarreas continuas (persistentes por 40 días), malestares estomacales, hongos y lesiones en la piel, granos en la cabeza y hambre permanente. Llevaba más de dos semanas sin ser sacado al sol.
Juan Manuel Ortueta Manso (Prisión de Guamajal, Villa Clara): Enfermo de cáncer facial con metástasis, su salud se deteriora progresivamente. A pesar de ello, hacia mediados de mes, las autoridades se habían negado a concederle la licencia extrapenal. En marzo de 2025 ya se encontraba extremadamente debilitado, apenas podía ingerir alimentos o caminar, y dependía de otros reclusos para movilizarse.
Leoncio Rodríguez Ponce (Prisión Provincial de Holguín): Se encuentra en un estado de salud frágil por múltiples enfermedades: úlcera, hipertensión, desnutrición, problemas renales y reumatismo. Hacia el día 28 de junio, no había recibido atención médica.
Mayisney Hidalgo Barrios (La Orquídea, Pinar del Río): Hacia mediados de mes, las autoridades le negaban medicamentos esenciales como ibuprofeno y acetaminofén para tratar su artropatía y otras enfermedades hematológicas y neurológicas.
Miguel Alfonso Jiménez Marrero (Prisión La Pendiente, Villa Clara): En huelga de hambre desde hacía más de dos meses, se encontraba en estado crítico a finales de junio: ha perdido peso de forma alarmante, tiene dificultades para hablar, caminar y ver. Está internado en condiciones inhumanas en la sala de penados del hospital Arnaldo Milián Castro. No puede asearse y no recibe atención médica. Las autoridades intentaron que su familia firmara un documento para eximir al Estado de responsabilidad por su estado, lo cual fue rechazado.
Roberto Pérez Fonseca (Prisión de Quivicán, Mayabeque): Hacia finales de mes, reportó dolores persistentes debido a úlceras estomacales sin recibir atención médica. En marzo de este año, ya presentaba dolores intensos causados por dicha úlcera, que se han ido intensificando progresivamente, llegando a presentar sangrado digestivo.
Yoel Prieto Tamayo (Combinado del Este, La Habana): Sufre de cólicos nefríticos y dolores dentales severos. A mediados de mes, no había recibido atención médica, y durante una crisis reciente fueron otros reclusos quienes lo asistieron con medicamentos propios.
Los información expuesta en este informe representa un subregistro de los eventos y víctimas reales; una documentación completa resulta imposible debido a la opacidad sistemática del régimen cubano, que se niega a transparentar información oficial sobre su sistema penitenciario, impide el acceso de observadores independientes a las cárceles y criminaliza la labor de documentación de las violaciones de derechos humanos en estos espacios.